Que es la caries? Esta palabra muchas veces pronunciada sin saber su significado, es técnicamente hablando una infección. Una infección de los tejidos duros. Que puede afectar a los tejidos dentales, como así también se produce en los tejidos óseos o sea los huesos del organismo.
Cuando se habla de caries dental en especial, se dice que es una enfermedad infecto-contagiosa muy común en tejidos duros de las piezas dentales en la que intervienen múltiples factores. Y estas lesiones se inician cuando el accionar de los ácidos producidos por los microorganismos presentes en la cavidad bucal comienza por debilitar el esmalte dentario, la dentina y el cemento dentario. Estos, los microorganismos, se encuentran de una manera natural en nuestra boca que ya de por sí es un medio apto para su subsistencia; Si a esto le agregamos un substrato como pueden ser los restos alimenticios por una deficiente higiene o lo que es peor, la falta de higiene, comienzan a elaborar ácidos que “comen” los distintos tejidos dentarios. En este primer estadio casi no existen los síntomas como el dolor pues el esmalte no posee terminaciones nerviosas. Si no es detectada y tratada, y sigue su curso, “ataca” la dentina que es otro tejido duro de las piezas dentales y que si tiene filetes sensitivos, con lo que aparecen los síntomas (dolor). Si aun no se busca la consulta y el tratamiento reparador la infección avanza y entonces involucra a la pulpa dentaria que no es ni más ni menos que el “nervio”. A esta altura del proceso ya es necesario el tratamiento de conducto y la reconstrucción de la pieza por el deterioro que sufrió durante el proceso.
Toda esta explicación no es más que un llamado de atención para que no olvidemos hacer la consulta periódica y preventiva al Odontólogo a fin de detectar precozmente las lesiones de caries que evitarían la perdida prematura de nuestras piezas dentales.
En la actualidad se cuenta con muchas herramientas que se pueden utilizar para disminuir la incidencia de las caries; Medidas preventivas muy simples como la correcta alimentación, disminuyendo los momentos de consumo de azucares en todas sus formas y fuera del horario de las comidas, la aplicación de flúor, desde la aplicación tópica hasta la toma diaria para llegar a la dosis requerida, que es de una parte por millón, los selladores de surcos y fisuras que protegen a las piezas dentales permanentes jóvenes, en especial los primeros molares a la acción de la caries dental.
La consulta periódica, además, permite al paciente conocer algunas pautas para su mejor cuidado bucal aprendiendo técnicas de cepillado adecuadas o mejorando la que ya tenemos. Y por supuesto la higiene.
Esta debe ser absolutamente constante y estricta, con técnicas que se adapten a cada uno de nosotros y pastas o cremas dentales comunes que se adquieren en el comercio, salvo cuando aparecen algunas anomalías en las encías que deban ser observadas por el Odontólogo en la consulta y es Él quien debe indicarnos en caso de ser necesario una técnica especial de cepillado o alguna pasta o crema dental con medicamento especial para esa lesión.
Dr. LUIS M. NACUR
Odontólogo
domingo, 26 de septiembre de 2010
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